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Niños, su higiene postural y la tecnología

Son muchos los beneficios que las nuevas tecnologías proporcionan en el desarrollo de los niños, siempre y cuando se haga un buen uso de ellas. El exceso de tiempo que los niños dedican al teléfono móvil, al ordenador, a las tablets y a la video consola puede llevar a la aparición de lesiones y patologías de por vida, en los niños. Conoce las lesiones físicas más comunes en niños por el mal uso de las nuevas tecnologías.

Los problemas que causa el mal uso de las tecnologías a los niños

Pasar muchas horas delante del ordenador en una mala postura suele derivar en problemas y dolores de espalda, así como los gestos repetitivos con el ratón y el teclado pueden provocar lesiones en la muñeca y el brazo como el síndrome del túnel del carpo o el codo de tenista. Podemos evitarlo enseñando a los niños una correcta higiene postural en el escritorio frente al ordenador y adecuando la silla y la mesa a su tamaño, así como prohibiendo el uso del ordenador en las rodillas en el sofá o tumbados en la cama. Además es muy conveniente que por cada hora frente al ordenador el niño se levante y se mueva. Click Aquí:  Conoce como deben sentarse los niños para corregir su postura.

 

Respecto al teléfono móvil el problema es similar ya que las lesiones que pueden surgir como tendinitis o inflamaciones articulares, son también derivados de hacer gestos repetitivos, sobre todo con el dedo pulgar. La solución, limitar el tiempo que el niño pasa con el móvil.

 

 

De la misma manera ocurre con las consolas o las tablets, someter al cuerpo a malas posturas y gestos repetitivos un exceso de tiempo genera problemas en la espalda y las articulaciones que no son propios de la infancia.

 

 

 

Para prevenir problemas oculares y musculares, nuestros especialistas en ortopedia infantil recomiendan un uso racional de las pantallas, siempre que sea posible con luz natural, y vigilar la higiene postural mientras se usan

 

 

Otro problema que surge del uso de las nuevas tecnologías es la obesidad infantil, debido al sedentarismo que provocan. Obesidad que genera además de riesgos cardiovasculares, problemas en el desarrollo de la musculatura y las articulaciones. Diversos estudios demuestran que la actividad física es necesaria desde edades tempranas para que la columna vertebral adquiera su forma definitiva, y que realizar ejercicio físico de forma periódica reduce el riesgo de padecer dolor de espalda. Para prevenir estos problemas vigila la postura de tus hijos cuando estén en el ordenador o jugando con el móvil, tablets… y asegúrate de que por cada hora que pase (lo recomendable es que no sean más de dos) se levante y se mueva.

 

Enumeraremos una serie de consejos para una buena higiene postural de nuestros niños durante el uso de las tecnología:

  • Adaptar la altura de la silla y mantener la espalda recta y apoyar la zona lumbar. Esto es fundamental, a juicio del especialista. Para ello, puedes regular la silla o, en caso de que no sea posible, usar cojines.
  • El codo y las rodillas deben encontrarse en ángulo recto, y los pies apoyados y en ángulo recto respecto a la pierna. Nunca se deben cruzar las piernas.
  • Evitar el empleo de estos dispositivos en la cama o en el sofá porque conlleva malas posturas.

    Si insisten dolencias en los niños no olvide la importancia de acudir a un ortopedista infantil para tener un diagnóstico preciso y preventivo.

 

Hiperlaxitud Articular: Qué es y como afecta a los bebés y niños

La hiperlaxitud ligamentaria o articular es una condición habitual y transitoria en la infancia que se caracteriza por un movimiento de las articulaciones más allá de lo considerado normal, debido a un aumento de la elasticidad de los tejidos.

Te contamos cuáles son las características que presentan los bebés y niños con hiperlaxitud de las articulaciones, y cómo aconsejan los profesionales tratar esta condición.

¿Qué es la hiperlaxitud?

La hiperlaxitud ligamentaria o articular se da cuando hay una gran elasticidad de los tejidos, debido a una alteración en el colágeno de los tendones y ligamentos, que hace que las fibras sean más delgadas y tengan menos rigidez.

Esta condición se observa con mayor frecuencia en niñas que en niños, y aunque normalmente se da entre los dos y los seis años, también hay bebés que pueden presentar hiperlaxitud.

Lo más habitual es que la hiperlaxitud vaya disminuyendo con la edad, e incluso llegue a desaparecer o a no ser tan notable, aunque en un dos por ciento de los casos esta hipermovilidad excesiva continuará en la etapa adulta.

Hiperlaxitud en bebés

Los bebés con hiperlaxitud ligamentaria o articular presentan articulaciones menos firmes y que se doblan con facilidad, y a menudo son diagnosticados de bajo tono muscular. Pueden presentar las siguientes características:

  • De recién nacidos no encogen las piernas y brazos como suele ser habitual, ni presentan rigidez en las caderas y rodillas. Por el contrario, al colocarles sobre una superficie plana tienden a estirar completamente sus extremidades inferiores, y no se observa rigidez en ellas.

 

  • Son bebés menos activos que el resto, no patalean ni mueven sus articulaciones de forma vigorosa.

  • No les gusta que les pongan boca abajo porque no tienen fuerza suficiente para apoyarse en los brazos y levantar su cabecita.

  • Tardan más tiempo en alcanzar ciertos hitos del desarrollo, como rodar sobre sí mismos, sentarse o caminar.

  • No suelen gatear, pues no tienen fuerza muscular suficiente para hacerlo. Cuando se les coloca en posición gateo, a menudo tienden a tumbarse apoyándose solo en los brazos y separando ambas piernas que permanecen completamente tendidas en el suelo. En algunas ocasiones pueden llegar a desplazarse sentados, es decir, arrastrando su traserito.

  • Cuando aún no caminan y se ponen de pie, se observa una hiperextensión de la rodilla hacia atrás, y en ocasiones separan mucho los pies y los giran hacia fuera.

  • Cuando comienzan a sentarse lo suelen hacer con la espalda muy redondeada, las piernas curvadas y los muslos tocando el suelo. Algunos se sientan con las piernas completamente abiertas y estiradas, y son capaces de echar el tronco hacia adelante hasta el punto de llegar a tocar el suelo con la frente.

  • A medida que el niño va creciendo, lo habitual es que se siente con las piernas en forma de W.

Sentarse En W

Lo normal es que este tipo de características las vaya viendo el pediatra y/o la enfermera en las revisiones periódicas del primer año. En cualquier caso, siempre es recomendable consultar con los profesionales cualquier duda o aspecto que nos preocupe o llame la atención de nuestro bebé.

Hiperlaxitud en niños

Los niños con hiperlaxitud articular en una o más articulaciones a menudo pueden abrirse de piernas en 180º, extender los dedos de su mano hacia atrás, tocar el antebrazo con el pulgar, mover los codos y muñecas de forma exagerada, chuparse el dedo gordo del pie… En resumen, hacer contorsionismos y adoptar posturas que no son posibles para la mayoría de la gente.

Pero cuando a estas condiciones se suma dolor u otros síntomas se pasaría a hablar de «Síndrome de Hiperlaxitud Articular», y podría estar acompañado, entre otras muchas manifestaciones, de:

  • Dolores articulares y de huesos, incluyendo dolor en la columna (escoliosis) y los llamados «dolores de crecimiento».

  • Dolor o dificultad a la hora de sostener un lápiz y escribir durante un tiempo prolongado.

  • Problemas en las caderas, rodillas y pies planos laxos.

Pies
  • Bruxismo o problemas en la mandíbula.

  • Tendinitis o lesiones recurrentes.

  • Pueden manifestar cansancio o debilidad.

Ante cualquiera de estos síntomas o manifestación de dolor por parte de nuestro hijo, debemos consultarlo de inmediato con su pediatra o médico especialista.

Mi hijo tiene hiperlaxitud, ¿qué puedo hacer?

Una vez que tu bebé haya sido diagnosticado de hiperlaxitud, el pediatra te recomendará una serie de pautas y ejercicios de estimulación para hacer con él, ya que lo importante es fortalecer su tono muscular.

jugar con el bebé boca Abajo

Uno de los ejercicios que puedes hacer es animarle a permanecer tiempo boca abajo mientras juegas con él, ya que estarás ayudando a fortalecer su espalda, cuello y caderas, al tiempo que le preparas para el gateo y la marcha.

Como hemos comentado más arriba, los bebés con hiperlaxitud no suelen aceptar de buen grado esta postura, protestan, se revuelven y buscan la manera de darse la vuelta por sí mismos. Intenta estimularle con juguetes situados al frente o sonidos que le animen a levantar la cabeza. También puedes colocarle boca abajo sobre tu pecho y llamarle suavemente para que te mire.

A medida que el niño vaya creciendo, y si la hiperlaxitud continúa o se agrava, es importante ponerse en manos de profesionales que os indiquen qué tipo de ejercicios específicos podéis hacer, así como el tratamiento a seguir en caso de dolores u otros síntomas. Igualmente, es fundamental practicar deporte y hacer estiramientos musculares.

Si el niño ya está en edad escolar se recomienda evitar que carguen sobre su espalda mochilas pesadas, y que tengan precaución a la hora de hacer deporte, pues su hiperlaxitud les hace más propensos a sufrir lesiones.

Yoga

En este sentido, los ejercicios más recomendados por los expertos serían la natación, la bicileta y el yoga para niños, debiéndose evitar los deportes de contacto como el rugby, fútbol o kárate, que tienden a producir esguinces recurrentes y problemas por la extensión excesiva de las articulaciones.

En cualquier caso, debe ser un especialista quien nos recomiende el mejor deporte para nuestro hijo, en función de sus características concretas de hiperlaxitud y las extremidades afectadas.