Bajo la etiqueta de malformación congénita de la mano nos encontramos con diferentes patologías, o combinaciones de las mismas, que se caracterizan por su impacto funcional y estético sobre la extremidad superior del recién nacido: sindactilia, polidactilia o aplasia en los dedos, entre ellas. malformaciones de la mano
Asimismo, estas malformaciones de la mano presentan niveles de gravedad muy diversos –incluso dentro de una misma enfermedad– lo que hace que tanto su cirugía como su pronóstico varíen mucho en función de los casos.
Dentro de este tipo de anomalías o diferencias la que presenta mayor incidencia es la sindictalia, en sus múltiples variantes. Los pacientes con esta patología nacen con dos o más dedos de la mano ‘pegados’, habitualmente el tercer y cuarto, esto es, medio y anular.
Se trata, además, de una situación mucho más frecuente de lo que pudiera parecer. Su prevalencia se sitúa en un afectado por cada dos mil nacimientos.
¿Cómo se enfoca un caso de sindactilia?
Al igual que en el resto de problemas congénitos de la mano, depende del grado de complejidad con el que se manifieste. Hablamos de un procedimiento que implica aunar varias técnicas quirúrgicas.
La fusión de dos o más dedos implica partes faltantes, es decir, algunos elementos que desde un punto de vista anatómico-fisiológico debieran estar presentes en esa parte de la mano y no lo están.
En función de la gravedad de la sindactilia, podemos enfrentarnos desde a la falta de piel y otros tejidos blandos a anomalías derivadas de la fusión de vasos sanguíneos, huesos, tendones, etc.
Como en toda variable congénita, sea de diferenciación o formación, se nos plantea un doble reto: el funcional y el estético. Así que, en esencia, una intervención de estas características puede requerir de la suma de técnicas de microcirugía traumatológica y cirugía plástica, por ejemplo; algo trasladable a otras diferencias de nacimiento como la polidactilia.
¿Cuáles son los rasgos característicos de la polidactilia?
Simplificando, pasamos de una patología que implica elementos faltantes a otra caracterizada por los ‘sobrantes’. A grandes rasgos, la polidactilia supone nacer con más de cinco dedos en cada mano.
En sus formas de manifestarse hay un factor racial significativo. Así, mientras que en la raza negra es más común la polidactilia del meñique o postaxial, en la blanca lo es la polidactialia del pulgar o polidactilia preaxial. Ésta, dado el rol del pulgar en nuestra capacidad de hacer pinza, es la que supone un mayor problema funcional para los pacientes.
A causa de eso y por su impacto estético –pulgares duplicados desde la raíz, partes no formadas totalmente, ‘zigzags’, etc.- genera bastante alarma en las familias, que suelen acudir con rapidez a especialistas con una trayectoria contrastada.
¿Soluciones quirúrgicas?
Vuelve a ser fundamental la combinación de técnicas a la que aludíamos antes. En función del alcance y características del caso, dicho a trazo grueso, podemos tratar de hacer de dos dedos uno o eliminar ‘el malo y quedarnos con ‘el bueno’.
En esta malformación congénita existe un dedo dominante, y en ciertos casos es posible convertirlo en ‘superdominante’, es decir, transformarlo en un pulgar cercano a la normalidad en términos funcionales y estéticos.
Una vez más, en lo que es una constante en este tipo de patologías, el pronóstico siempre es mejor cuando nos sobran elementos que cuando nos faltan.Las malformaciones congénitas en las manos son anomalías que ocurren durante el desarrollo del feto en el útero. Estas malformaciones pueden incluir la falta de una o varias dedos, la unión de dos o más dedos, o la presencia de dedos extra.
Una de las malformaciones más comunes es la polidactilia, que se refiere a la presencia de uno o más dedos extra en la mano. Esta malformación se debe a una mutación genética, y puede ocurrir tanto en los dedos de los pies como en los de las manos.
Otras malformaciones menos comunes pueden incluir la sindactilia, que es la unión de dos o más dedos, o la braquidactilia, que se refiere a dedos más cortos de lo normal.
La mayoría de las malformaciones congénitas en las manos no afectan la capacidad funcional de la mano, pero pueden afectar la estética y la autoestima del individuo afectado. En algunos casos, se pueden realizar cirugías para corregir estas malformaciones y mejorar la apariencia de la mano.
Es importante destacar que las malformaciones congénitas en las manos no son resultado de una mala atención prenatal o un problema en el cuidado durante el embarazo. En muchos casos, estas malformaciones son atribuibles a mutaciones genéticas aleatorias.
Aunque las malformaciones congénitas en las manos pueden ser una fuente de angustia y preocupación para algunas personas, es importante recordar que cada persona es única y hermosa a su manera. Con el apoyo adecuado, se puede superar cualquier obstáculo y llevar una vida plena y feliz.