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La rehabilitación: el reto del paciente después de una intervención ortopédica

"Las emociones son reacciones psicofisiológicas que todos experimentamos a diario, aunque no siempre seamos conscientes de ello. Son de carácter universal, bastante independientes de la cultura y generan cambios en la experiencia afectiva, en la activación fisiológica y en la conducta expresiva. Surgen ante situaciones relevantes que implican peligro, amenaza, daño, pérdida, éxito, novedad…y nos preparan para poder dar una respuesta adaptativa a esa situación."
 

 

A lo largo de nuestra evolución como especie, gracias a las emociones hemos podido responder rápidamente ante aquellos estímulos que amenazaban nuestro bienestar físico o psicológico, garantizando nuestra supervivencia. Además de esta función primordial adaptativa, las emociones cumplen una función social y otra motivacional.

A través de la primera, facilitan la interacción social, permitiendo la comunicación de los estados afectivos y promoviendo la conducta prosocial. Y, por otra parte, la emoción es la encargada de energizar una conducta motivada, aquella caracterizada por poseer dirección e intensidad. Una conducta “cargada” emocionalmente se realiza de forma más vigorosa y se ejecutará de forma más eficaz, adaptándose a cada exigencia.

El miedo-ansiedad, la ira, la tristeza-depresión y el asco son reacciones emocionales básicas que se caracterizan por una experiencia afectiva desagradable o negativa y una alta activación fisiológica. Las tres primeras son las emociones más estudiadas en relación con el proceso salud-enfermedad.

En un primer momento, las emociones se consideran adaptativas y dependerán de la evaluación que la persona haga del estímulo, es decir, del significado que le dé a este, y de la respuesta de afrontamiento que genere. Existen estímulos emocionales objetivamente perturbadores que pueden no dejar secuelas, y al contrario, otros estímulos emocionales aparentemente inocuos pueden llegar a ocasionar un daño más o menos importante. La diferencia entre las dos posibilidades estriba en la percepción que cada persona tiene de esos estímulos.

Dependiendo de esa percepción, puede surgir una respuesta desadaptativa, es decir, permanecemos indefinidamente enfadados, tristes, ansiosos o aterrados, una vez desaparecido el estímulo inicial; con el consiguiente sobreesfuerzo, insostenible en el tiempo, y un sobrecoste en forma de trastorno de la salud, física y mental.

Hay varias explicaciones por las que un elevado estado de emocionalidad negativa puede tener consecuencias para la salud:

  • Al experimentar ira, tristeza, ansiedad o depresión de manera intensa, tienden a producirse cambios de conducta que hace que abandonemos hábitos saludables como la alimentación equilibrada, el ejercicio físico o la vida social y los sustituyamos por otros como el sedentarismo o las adicciones (tabaco, alcohol) para contrarrestar o eliminar estas experiencias emocionales.
  • Las reacciones emocionales prolongadas en el tiempo mantienen niveles de activación fisiológica intensos que pueden deteriorar nuestra salud si se cronifican: la activación del sistema nervioso autónomo con elevación de la frecuencia cardíaca, hipertensión arterial, aumento de la tensión muscular, disfunción central de la neurotransmisión, activación del eje hipotalámico-hipofisario-corticosuprarrenal con perturbación de ritmos circadianos de cortisol etc. Esta alta activación fisiológica puede estar asociada a un cierto grado de inmunosupresión, lo que nos vuelve más vulnerables al desarrollo de enfermedades infecciosas o de tipo inmunológico.

En relación a los trastornos cardiovasculares, varios estudios han mostrado que la depresión es un factor de riesgo significativo de enfermedad coronaria, infarto de miocardio y mortalidad cardíaca y también se ha relacionado con una peor evolución de los pacientes coronarios.

Otro de los factores asociados a los trastornos cardiovasculares ha sido el síndrome ira-hostilidad-agresión. Krantz et al hallaron que la alta expresión de la ira se asociaba a la presencia de enfermedad arterial coronaria mientras que los rasgos de ira/hostilidad estaban asociados a un incremento de síntomas, sobre todo dolor torácico no asociado a angina en mujeres sin enfermedad arterial coronaria. Por último, la Organización Mundial de la Salud ha reconocido el papel relevante que puede jugar el estrés en la hipertensión, aunque también acepta la dificultad de cuantificar esa influencia en el desarrollo de la enfermedad.

En definitiva, existe una relación estrecha entre emociones y salud. La reacción ante determinadas situaciones y las emociones son diferentes en cada individuo. Hay personas que ante un exceso de carga emocional tienen problemas físicos (cefáleas o trastornos digestivos) cognitivos (excesiva preocupación, obsesiones) o conductuales (adicciones). Por tanto, hay un síntoma de alarma diferente para cada persona.

El entusiasmo, la satisfacción, el orgullo, la complacencia… comparten la propiedad de ampliar los repertorios de pensamiento y de acción de las personas y de construir reservas de recursos físicos, intelectuales, psicológicos y sociales disponibles para hacer frente a los momentos de crisis.

Cuando una persona posee estrategias y habilidades suficientes para hacer frente a esas situaciones generadoras de cargas emocionales, es poco probable que causen algún daño; sin embargo, en ausencia de esas destrezas, un individuo puede verse desbordado por una situación que probablemente, sólo es insuperable desde su propia percepción.

Así pues los factores psicológicos constituyen un componente más de la ecuación en el abordaje de la enfermedad. Nuestra atención médica debe cubrir las necesidades emocionales de nuestros pacientes, basada en la empatía, en la escucha, la atención de sus miedos y dudas y en el valor terapéutico que tiene la actitud positiva, con sus pilares el optimismo y la esperanza. Ayudar a nuestros pacientes a gestionar su mundo emocional significa trabajar en nuestros objetivos profesionales, que al fin y al cabo son mejorar su salud y contribuir a que éstos tengan mejor calidad de vida y mayor bienestar. 

Niños, su higiene postural y la tecnología

Son muchos los beneficios que las nuevas tecnologías proporcionan en el desarrollo de los niños, siempre y cuando se haga un buen uso de ellas. El exceso de tiempo que los niños dedican al teléfono móvil, al ordenador, a las tablets y a la video consola puede llevar a la aparición de lesiones y patologías de por vida, en los niños. Conoce las lesiones físicas más comunes en niños por el mal uso de las nuevas tecnologías.

Los problemas que causa el mal uso de las tecnologías a los niños

Pasar muchas horas delante del ordenador en una mala postura suele derivar en problemas y dolores de espalda, así como los gestos repetitivos con el ratón y el teclado pueden provocar lesiones en la muñeca y el brazo como el síndrome del túnel del carpo o el codo de tenista. Podemos evitarlo enseñando a los niños una correcta higiene postural en el escritorio frente al ordenador y adecuando la silla y la mesa a su tamaño, así como prohibiendo el uso del ordenador en las rodillas en el sofá o tumbados en la cama. Además es muy conveniente que por cada hora frente al ordenador el niño se levante y se mueva. Click Aquí:  Conoce como deben sentarse los niños para corregir su postura.

 

Respecto al teléfono móvil el problema es similar ya que las lesiones que pueden surgir como tendinitis o inflamaciones articulares, son también derivados de hacer gestos repetitivos, sobre todo con el dedo pulgar. La solución, limitar el tiempo que el niño pasa con el móvil.

 

 

De la misma manera ocurre con las consolas o las tablets, someter al cuerpo a malas posturas y gestos repetitivos un exceso de tiempo genera problemas en la espalda y las articulaciones que no son propios de la infancia.

 

 

 

Para prevenir problemas oculares y musculares, nuestros especialistas en ortopedia infantil recomiendan un uso racional de las pantallas, siempre que sea posible con luz natural, y vigilar la higiene postural mientras se usan

 

 

Otro problema que surge del uso de las nuevas tecnologías es la obesidad infantil, debido al sedentarismo que provocan. Obesidad que genera además de riesgos cardiovasculares, problemas en el desarrollo de la musculatura y las articulaciones. Diversos estudios demuestran que la actividad física es necesaria desde edades tempranas para que la columna vertebral adquiera su forma definitiva, y que realizar ejercicio físico de forma periódica reduce el riesgo de padecer dolor de espalda. Para prevenir estos problemas vigila la postura de tus hijos cuando estén en el ordenador o jugando con el móvil, tablets… y asegúrate de que por cada hora que pase (lo recomendable es que no sean más de dos) se levante y se mueva.

 

Enumeraremos una serie de consejos para una buena higiene postural de nuestros niños durante el uso de las tecnología:

  • Adaptar la altura de la silla y mantener la espalda recta y apoyar la zona lumbar. Esto es fundamental, a juicio del especialista. Para ello, puedes regular la silla o, en caso de que no sea posible, usar cojines.
  • El codo y las rodillas deben encontrarse en ángulo recto, y los pies apoyados y en ángulo recto respecto a la pierna. Nunca se deben cruzar las piernas.
  • Evitar el empleo de estos dispositivos en la cama o en el sofá porque conlleva malas posturas.

    Si insisten dolencias en los niños no olvide la importancia de acudir a un ortopedista infantil para tener un diagnóstico preciso y preventivo.

 

Cómo el sobrepeso afecta la articulación de nuestra cadera

Considerada como una emergencia de salud pública a nivel mundial, la epidemia de obesidad y sobrepeso parece no dar tregua Diversos estudios indican que 7 de cada 10 adultos la padecen, así como 1 de cada 3 niños y adolescentes.

Además de ser un factor de riesgo para la diabetes, trastornos cardiovasculares y hasta el nuevo coronavirus COVID-19, esta condición también afecta gravemente el aparato locomotor al promover enfermedades degenerativas en las articulaciones, que en estados avanzados se vuelven altamente discapacitantes.

 

¿Qué sabe la ciencia médica sobre la relación entre el aumento de peso y el desgaste de articulaciones como cadera y rodillas?

¿Qué efectos tiene la obesidad sobre nuestras articulaciones? ¿Qué tratamientos están disponibles en una clínica de terapia física y rehabilitación para mitigar el dolor y recuperar la salud articular? En este artículo exploramos algunas respuestas.

 

 

 

Obesidad y deterioro de articulaciones

El sobrepeso no tiene que ver solamente con que no te ajuste la ropa o con sentirte fuera de forma física. Y es que la ciencia médica ha estudiado ampliamente la influencia que tienen el peso extra y el aumento de células grasas en el desgaste de articulaciones.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el sobrepeso y la obesidad en términos del índice de masa corporal (IMC), que se calcula dividiendo el peso de una persona en kilos por el cuadrado de su talla en metros (kg/m2).

 

Para empezar, vayamos a las bases. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el sobrepeso y la obesidad en términos del índice de masa corporal (IMC), que se calcula dividiendo el peso de una persona en kilos por el cuadrado de su talla en metros (kg/m2).

Aunque pueden ser medidas aproximadas, en todos los casos el INDICE DE MASA CORPORAL es indicativo de exceso de células grasas, que a su vez son tejidos activos que crean y liberan compuestos y sustancias (por ejemplo, los llamados adipocitos) que contribuyen al agravamiento de condiciones como:

Osteoartritis 

Se caracteriza por el desgaste del cartílago (tejido conectivo y flexible que cubre las terminaciones de los huesos). 

Al reaccionar directamente con altos niveles de glucosa y citocinas (sustancias del sistema inmunológico), los adipocitos generan adipocinas, compuestos que promueven la inflamación articular y pueden influenciar la aparición de Osteoartritis en muñecas, dedos y manos.

 

Articulaciones que soportan el peso corporal

Está demostrado que el sobrepeso tiene una relación directa con la OSTEOARTRITIS del sistema músculo-esquelético. Y mientras mayor sea el peso que carga una articulación, mayor la presión que se ejerce en ella y crecen las probabilidades de que sufra desgaste y daño. la obesidad favorece el desarrollo de lesiones como luxaciones y fracturas en cadera, rodillas y tobillos, además de complicaciones como degeneración de los discos vertebrales y espondilolistesis articular.

Artritis reumatoide 

La artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune que ataca los tejidos de las articulaciones del cuerpo. Esto provoca una inflamación generalizada que causa lesiones y dolor. El proceso patológico de la artritis reumatoide cambia el metabolismo de forma desfavorable, ya que facilita la acumulación de grasa y la disminución de masa muscular.

Terapia Física y ejercicios complementarios

En todos los padecimientos mencionados, la obesidad y el sobrepeso actúan como comorbilidades que se impactan negativamente entre sí, de modo que los expertos coinciden en que el primer paso contra el desgaste articular en cadera y rodillas es atacar la perdida de peso y posteriormente la condición músculo-esquelética.

el tratamiento de la obesidad debe estar regido bajo un criterio endocrinológico, es decir, seguir un proceso lento, tendiente a modificar los hábitos de alimentación para, primero, obtener un balance energético negativo, y posteriormente el equilibrio calórico que permita conservar el peso ideal. 

Lo recomendable es que se siga un régimen sencillo: coma la mitad de lo que engorda y el doble de lo que no, así y sin esforzarse logrará avances insospechados.

La terapia física debe acompañarse de ejercicios suficientes, lo que a su vez te ayudará a evitar la aparición de enfermedades cardiovasculares.

Sin embargo, empezar los ejercicios puede no ser tan sencillo, especialmente si la persona es bastante sedentaria o si padece de un grado avanzado de osteoartritis dolorosa, 

Lo que debes saber sobre el Manguito Rotador

El Manguito Rotador es un grupo de cuatro tendones que confluyen y rodean por delante, por detrás y por arriba la cabeza del húmero. Estos tendones están conectados en forma individual con músculos muy importantes que se insertan en el omóplato o escápula.

Al contraerse estos músculos, estimulan a los tendones del Manguito Rotador, provocando los movimientos de elevaciónseparación y rotación interna y externa.

 

Principales Lesiones del Manguito Rotador

Las principales lesiones que sufre el Manguito Rotador son la Tendinitis y el Desgarro:

  • Tendinitis del manguito rotador: se da cuando los tendones de la articulación se inflaman
  • Desgarro del manguito rotador: cuando alguno de los tendones se desprende del hueso. El desgarro puede ser parcial o total, así como producirse de forma repentina o lentamente a partir de una Tendinitis

 

Pronóstico de la enfermedad

Las Lesiones del Manguito Rotador son dolorosas y pueden impedir la movilidad, lo cual supone un impacto en la calidad de vida del paciente.

Cuando la lesión del Manguito Rotador no se trata correctamente, puede provocar rigidez y debilidad crónica, así como puede desgastar progresivamente la articulación del Hombro.

 

 

Síntomas de la Lesión del Manguito Rotador

Los principales síntomas por la Lesión del Manguito Rotador son:

  • Dolor y sensibilidad en el hombro, que puede extenderse hacia el brazo
  • Dolor intenso cuando se eleva el brazo lateralmente, al levantar peso o al intentar alcanzar algo detrás de uno mismo
  • Dolor al dormir sobre el hombro afectado
  • Problemas de movilidad en el hombro

¿Cómo se diagnostica una Lesión del Manguito Rotador?

El Diagnóstico de Lesiones se llevará a cabo con un especialista que empezará por una exploración física en la cual presionará distintos puntos del hombro y moverá el brazo del paciente, así como examinará la fuerza de los brazos.

En el caso que la exploración física no sea concluyente, se puede recurrir a pruebas de imagen como la UltasonografíaEcografíaRadiografía o Resonancia Magnética. 

¿Se puede prevenir?

Las Lesiones del Manguito Rotador se pueden prevenir evitando las actividades que las provocan, como determinados deportes que realizan movimientos de brazo como los jugadores de tenis o bateadores de béisbol.

También determinados trabajos que requieren esfuerzo con los brazos durante varias horas, como la carpintería o la pintura de superficies.

Ejercitar y fortalecer los hombros y brazos también es una buena vía de prevención de lesiones. Es importante aumentar la precaución en casos con antecedentes familiares y con el avance de la edad.

Tratamientos para la lesión del manguito rotador

En algunos casos, la lesión se trata con métodos conservadores como:

  • Reposo
  • Ejercicios de fisioterapia
  • Aplicación de hielo
  • Factores de Crecimiento en Hombro
  • Proloterapia

En caso de que el tratamiento conservador no sea suficiente, puede prescribirse inyecciones para el dolor o la Cirugía de Hombro para reparar el tendón o un trasplante de tendón. También existen alternativas como la Artroscopía.

¿Qué especialista lo trata?

El Ortopedista es el especialista CIRUGÍA DE HOMBRO adecuado para diagnosticar y tratar la Lesión del Manguito Rotador, sobre todo en el caso de necesitar cirugía. También el Fisioterapeuta intervendrá en el tratamiento y Rehabilitación de la Lesión.

 

En Ortovital IPS tenemos más de 20 especialistas a tu disposición para tratar todo tipo de lesiones articulares y su rehabilitación.